Para
que luego digan que los monstruos somos nosotros.
Ella, opinaba lo contrario. Los amigos con los que juega habitualmente, tienen
una figura muy extraña y
poco
atractiva para mucha
gente. Cuando
su papá
organiza excursiones
a la montaña, se
presenta la ocasión de
contactar con ellos. Se divierte mucho jugando al escondite, a la pelota, con las
crías y
comparte
la merienda con todos ellos, otras veces leen cuentos. Pasan ratos
muy felices. Las despedidas algo tristes,
aunque no demasiado,
pues
les
volverá
a ver pronto.
De
vuelta al colegio,
dónde apenas se relaciona con
sus compañeras,
salvo
para
tomar nota de los
ejercicios a entregar a los profesores.
Ellas, se
lo pasan "güay", tecleando a todas horas, el último modelo de "smartphone"
que les han
comprado en casa.
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