Los
tres iniciaron el camino de costumbre. Con el paseo diario cumplían
con lo que les había aconsejado el médico de cabecera. En los
primeros pasos, observando a los jardineros, mucho más
madrugadores que ellos, pues llevaban un buen rato recogiendo basura
de las papeleras o pequeños contenedores, cortando el césped de
algunas superficies y otras tareas para dejar el parque lo más
adecentado posible. Se notaba más suciedad que otros días. Ayer fue
festivo. Los temas de conversación que mantenían los tres
jubilados, básicamente, sobre política de actualidad, de sus
respectivas profesiones y cómo se presentaba la vida en la situación
de crisis en la que se vivía el país. Dejaban pocos asuntos en el
tintero, pues una hora de trayecto da para mucho, además de gastar
suela de las zapatillas. El tema del día, lo acaparó un partido
nuevo en la escena política. El comentario resumen de ésto no
ofrecía dudas, los tópicos de siempre, que sí sorpresas nos da la
vida, que no sabemos a dónde vamos a llegar. Una vez, terminada la
etapa, se despidieron hasta el día siguiente, también con la frase
de costumbre. Mantendrían, sin duda, la forma física, pero la
evolución del conocimiento respecto de su país, podría ser el
famoso copia y pega para todos y cada uno de los asuntos debatidos
cualquier día de la semana.
Linea
del metropolitano de Madrid, dos personas se dirigen al trabajo.
-¡Lo
has visto!-
-Lo
he oído, por la radio, sí, resulta extraño.
-Esto solo pasa aquí.
-Los
partidos de este tipo, no duran mucho.-Ya verás como en las próximas
elecciones no sacan nada.- En España, somos así, más raros que un
perro verde.
-Aquí,
sale un "menda" cualquiera y dice por la tele:- Este finde,
voy al campo a cazar gamusinos.
-Esto
sale en el telediario, aunque sea por error y la gente se lo cree.
-¡Oye,
perdona! - ¿Qué animal es ése?
-¡No
lo preguntarás en serio!
-De
verdad ¿No lo sé?.- No tengo ni idea.
-Es
una vacilada, animales con ese nombre no existen.-Sí se lo preguntas
a quién lo dice: contestará, -¿No sé?- Aún no he cazado ninguno.
-Ya
te digo!- Así nos va en este país.
A
unos kilómetros del barrio de Triana.
Dos
jóvenes, una de ellas vestida de lagarterana, la otra con el traje
de Cantinflas, ésta última, con un par de cigarrillos, uno en cada
oreja, riéndose ambas a carcajada limpia, por el golpe de efecto que
van a producir en la fiesta de disfraces a la que se dirigen.
Mientras llegan a la sala, comentan la noticia bomba del día. Qué
si el partido ése de los ultras anularán los matrimonios gays y de
lesbianas, que sí conoceremos aquéllos tiempos cuando gobernaba el
caudillo, será obligatorio utilizar las cartillas de racionamiento,
etcétera. etcétera. Lo de la cartilla, lo sabe porque se lo contó
su abuela, cuando la visitó en su pueblo de Galicia, dónde ha
vivido siempre. Al entrar a la fiesta, enseguida se pusieron a bailar
con todo el mundo. Algunas de las muchas personas asistentes eran
afiliados o simpatizantes de ése nuevo partido tan nefasto del que
antes opinaron lo que primero se les vino a la cabeza. Claro que con
el disfraz, la música, el baile y unas cuantas copas en el cuerpo,
averigua tú quién es quién, lo que, obviamente, no es moco de
pavo.
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