aquellas
personas que apenas comen, y,
quienes
nos alimentamos todos los días.
…
Los
que nos cuidamos hasta hartar,
tiene
gracia, vivimos en países que,
de
tanto tragar, morimos por obesidad.
…
El
señor muy rico que nos suele visitar,
no
se cansa de insistir: todos somos hermanos,
comunidad
nacional, internacional o auténtica hermandad.
…
Y
un pobre señor,
al
que nunca le hemos visto, tampoco le conoceremos, ya que no saldrá
en ningún canal,
radio,
periódico o televisión.
También,
esto es verdad.
…
El
señor pobre anterior,
no
tiene nada que decir. Callado cogerá un mendrugo de pan y no querrá saber nada. Hay gente para todo. Lo que se dice estar por estar.
…
Él
señor rico, con el séquito y guardaespaldas detrás, montado en un
carro, algo caro, sin bueyes, ataviado con sublimes colores,
parecidos a esos que se pueden admirar en el fondo del mar, en una
tienda o boutique de lujo en el pueblo de Galapagar o en un
grandioso, majestuoso, cálido y esponjoso
coral.
Sin
dudar, según dice, dice y dice y vuelve a comentar, que no deja de
rezar, rezar y rezar.
Después
de cada jornada agotadora, marchará a descansar, ¿Tal vez?
Se
unirá a los ángeles y todos se pondrán ¿Probablemente a soñar.?
…
El pobre, con el cual, no aclaramos nada. Nos olvidamos, su vida es triste
y corta de contar. La pobreza es algo muda.
El
rico y quienes le rodean, consideran que es importante orar y
hablar. La riqueza es dicharachera, habla mucho. Tiene cosas que
contar y sobre todo que preservar, esconder, de paso atesorar, obtener rentabilidad y muy
bien guardar. Es obvio, lo pueden sustraer o robar.
Imagínense
ustedes si orarán que, no les queda tiempo, para de verdad socorrer
o ayudar a quienes hemos citado en primer lugar. A los más pobres de
este mundo redondo, mundano o mundanal.
Curiosamente, de los que nos olvidamos casi siempre, les apartamos o colocamos
en el último lugar. Se entiende en un rincón o apartado final de nuestra agenda repleta de asuntos urgentes e interesantes . Entre otros,
trabajar, trabajar y trabajar y algún que otro referido a coordinar
la necesaria, pero sin demasiada justa o parecido a justicia y escasa o precaria solidaridad.
Volviendo
al señor muy rico. Él y sus representantes más directos, alegan
que la razón fundamental, más o menos es la siguiente:
Al ser tantos, tantos y tantos, quienes terminan muriendo de hambre.
Hambruna le llaman, para precisar o abreviar, por lo que: no cuentan
con medios económicos o muy poco material del modelo adecuado que
reúna las características suficientes: no se puede dar gratis o
entregar sin contra prestación: ausencia de pago o abono. Lo que se
conoce como Debe y Haber que, con sencillez, explicaría un experto
en contabilidad.
No obstante, el señor rico y sus acompañantes ofrecen consejos,
recomendaciones e indicaciones, para así, los que sufren la mísera
y necesidad (o bien, que pregunten o sea solicitado a otros señores,
también ricos, para saber que opinan y sobre todo ¿Qué es lo que
están dispuestos a aportar) y terminen muertos por la hambruna o
roídos por la miseria, no obstante, puedan conseguir el cielo y
obtener la paz. Lo citado con anterioridad, es lo que,
principalmente, nosotros podremos dar y bendecir. ¡Qué más
quisiéramos! No podemos hacer otra cosa.
El
caso es que alguno que otro afectado o muerto por la citada o fea
hambruna, una vez, disfrutando en el cielo celestial, podría
plantear:
¿Para
qué habremos nacido y casi nada vivido en el planeta, si en la
Tierra que nos vio nacer (por cierto, era nuestra y nos la quitaron o
colonizaron que para el caso, resultó ser lo mismo) apenas logramos
comer.
Mientras
tanto o durante todo el rato, ¿Qué pasa con los mencionados en
segundo lugar, no hacen más que recibir muy buena educación o
enseñanzas especializadas para colocarse bien o trabajar,
implementar, competir, rentar y mucho comprar, reciclar hasta petar
los cubos de basura o contenedores, disfrutar, presumir, bailar, con
o sin orden, conciencia, solidaridad, democráticamente, discursear:
bla, bla, bla y además, exclamar: ¡Quitate tú que me pongo yo. Lo
haremos mejor que vos, sabremos gobernar!
El
objetivo fundamental de todos estos señoras, señores: los ricos o
medio ricos o clase media, como a ellos les gusta definirse del mundo
privilegiado, no es otro que superar, al país de al lado o bien
entre estos dos e incluso alguno que otro y producir más que ningún
Estado o país y mucho mejor competir en la recién extendida y
maravillosa economía de la globalización.
...
Otros objetivos son: lograr unas cifras de P.I.B., Renta Nacional,
Exportaciones-Importaciones, Balanza Comercial, reducir la Deuda
Pública, unos tres puntos básicos o porcentuales respecto de
ejercicios anteriores. El crecimiento anual. Un dos o tres por
ciento. Aunque, se contamine el Planeta un veinte por ciento. Crisis
climática aparte que ya de sobra conocemos: continuar destrozando o
descongelando glaciares y producirse suicidios o asesinatos
involuntarios masivos, según se clasifiquen estos hechos, claro.
Todo ello debido a los altos índices de polución y materiales
plásticos en océanos y mares. O sea, dejándolo estar. El caso es
seguir viviendo. Lo que tenga que venir, vendrá.
...
Ya
se sabe, quién diga que
la vida, mejor o peor, la puede algo
solucionar que tire unos cuantos pelillos al río o a la mar.
También, otra cosa mucho más ridícula o dicho muy
socorrido: quién este libre de pescado que lance la primera
merluza o piedra como si se tratara de una bola
parecida a las utilizadas en el juego de la
petanca.
A
continuación, se sumerja en cualquier charco seco o con poca agua,
de los que antes se indicaron y, si es capaz de encontrar lo que,
en su momento lanzó, estamos seguro de que antes de salir a la
superficie, terminará tristemente ahogado.
Asimismo,
aquí conviene citar, la frase que mejor, define a esta deshonesta
pero bien intencionada, aunque incomprendida Humanidad:
¡Sálvese
quién pueda!
No
hay prisa, quienes estén ya lo verán. Los medios de comunicación
o miedos de información lo contarán. Los citados medios
transmitirán, en
vivo
directo o indirecto o pasándose de rosca o traspasando varias rayas
rojas. El caso es que la masa a medias o en su totalidad, así lo
creerán y medio lo asumirán. Qué remedio les queda. Les dará
igual.
¿Quién
dijo que, lo anterior, es la pura verdad?
Si
no es así, que cada uno lo vea y analice con sus propios ojos. Es
decir, podrá convertirlo a su manera o modo de ver el mundo. Cada
persona: una verdad. Quiere esto decir que nadie tiene porqué
enfadarse.
La
auténtica verdad o realidad, no la conoce ninguna persona viva, al
menos, que sepamos nunca la veremos aparecer, ni siquiera llamará
para disculparse e informarnos de que no puede venir o llegar a
tiempo, sencillamente, es complicado. Por lo que, algo más de
paciencia y a esperar. Caso de hacerse tarde. Nos iremos a cenar. Es
la hora. Hay apetito. Mañana será otro día. Como apunte marginal,
lo que sigue:
La
peor definición, hablar de o sobre nosotros mismos. La opinión de
uno mismo. Puro subjetivismo. Que uno mismo, hable de si mismo. Lo
mismo hablando de sí mismo. Lo mismo-pensamos-lo mismo=Puro
exorcismo.
...
Y
lo verdaderamente importante de todo esto, sin duda, lo encontrarán
en el caso de que pinchen cualesquiera de los siguientes enlaces:
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