sábado, 15 de diciembre de 2018

Uno, dos y tres estilos.

Relato.

Los tres iniciaron el camino de costumbre. Con el paseo diario cumplían con lo que les había aconsejado el médico de cabecera. En los primeros pasos, observando a los jardineros, mucho más madrugadores que ellos, pues llevaban un buen rato recogiendo basura de las papeleras o pequeños contenedores, cortando el césped de algunas superficies y otras tareas para dejar el parque lo más adecentado posible. Se notaba más suciedad que otros días. Ayer fue festivo. Los temas de conversación que mantenían los tres jubilados, básicamente, sobre política de actualidad, de sus respectivas profesiones y cómo se presentaba la vida en la situación de crisis en la que se vivía el país. Dejaban pocos asuntos en el tintero, pues una hora de trayecto da para mucho, además de gastar suela de las zapatillas. El tema del día, lo acaparó un partido nuevo en la escena política. El comentario resumen de ésto no ofrecía dudas, los tópicos de siempre, que sí sorpresas nos da la vida, que no sabemos a dónde vamos a llegar. Una vez, terminada la etapa, se despidieron hasta el día siguiente, también con la frase de costumbre. Mantendrían, sin duda, la forma física, pero la evolución del conocimiento respecto de su país, podría ser el famoso copia y pega para todos y cada uno de los asuntos debatidos cualquier día de la semana.

Linea del metropolitano de Madrid, dos personas se dirigen al trabajo.

-¡Lo has visto!-
-Lo he oído, por la radio, sí, resulta extraño.
-Esto solo pasa aquí.
-Los partidos de este tipo, no duran mucho.-Ya verás como en las próximas elecciones no sacan nada.- En España, somos así, más raros que un perro verde.
-Aquí, sale un "menda" cualquiera y dice por la tele:- Este finde, voy al campo a cazar gamusinos.
-Esto sale en el telediario, aunque sea por error y la gente se lo cree.
-¡Oye, perdona! - ¿Qué animal es ése?
-¡No lo preguntarás en serio!
-De verdad ¿No lo sé?.- No tengo ni idea.
-Es una vacilada, animales con ese nombre no existen.-Sí se lo preguntas a quién lo dice: contestará, -¿No sé?- Aún no he cazado ninguno.
-Ya te digo!- Así nos va en este país.

A unos kilómetros del barrio de Triana.

Dos jóvenes, una de ellas vestida de lagarterana, la otra con el traje de Cantinflas, ésta última, con un par de cigarrillos, uno en cada oreja, riéndose ambas a carcajada limpia, por el golpe de efecto que van a producir en la fiesta de disfraces a la que se dirigen. Mientras llegan a la sala, comentan la noticia bomba del día. Qué si el partido ése de los ultras anularán los matrimonios gays y de lesbianas, que sí conoceremos aquéllos tiempos cuando gobernaba el caudillo, será obligatorio utilizar las cartillas de racionamiento, etcétera. etcétera. Lo de la cartilla, lo sabe porque se lo contó su abuela, cuando la visitó en su pueblo de Galicia, dónde ha vivido siempre. Al entrar a la fiesta, enseguida se pusieron a bailar con todo el mundo. Algunas de las muchas personas asistentes eran afiliados o simpatizantes de ése nuevo partido tan nefasto del que antes opinaron lo que primero se les vino a la cabeza. Claro que con el disfraz, la música, el baile y unas cuantas copas en el cuerpo, averigua tú quién es quién, lo que, obviamente, no es moco de pavo.

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